EL ESPEJO AFRICANO
“EN EL REVÉS DE LAS
COSAS SUELE ESTAR LA VERDAD”
LILIANA BODOC
Si uno quiere apreciar una historia excelente, con nudos narrativos bien construidos, con personajes que se relacionen más allá del tiempo y del espacio, y por sobre todo con corazón en cada una de sus líneas, El espejo africano tiene por demás esos indicios.
Se base en la premisa del recorrido que hace un espejo, de origen africano, enlazando diferentes historias en diferentes continentes. El espejo será en donde refracta la vida de los distintos personajes con sus realidades.
Inicialmente, en África del 1779, se presenta la unión de matrimonio entre Imaoma y Atima donde Imaoma le concede a su esposa un pequeño espejo enmarcado en ébano que él mismo talló. Años después, un suceso cruento ocurre y Atima se debe separar de su hija Atima Imaoma de 3 años (en su comunidad luego de los 12 años eligen su nombre, mientras tanto son designados por los de sus progenitores) y lo único que atina a entregarle es su entrañable espejo, como símbolo de unión, espera, y reflejo…
Desde allí recorremos la historia de Atima Imaoma, en Buenos Aires, como esclava de familia , y de allí pasaremos a otras historias. “En las historias el tiempo puede volver atrás y saltar hacia adelante, no tiene forma fija, ni trazo obligatorio” así se describe en libro. Los saltos de la historia permiten al lector atar todos los cabos sueltos y construir, de manera comprensiva, el hilo de la historia. Pasamos por África, América y Europa. Los personajes están unidos por aquel espejo de ébano que es más que un objeto. En Argentina veremos su presencia en la revolución libertadora del General San Martín junto al ejército libertador.
En el desarrollo de la historia nos encontramos con el siguiente interrogante: ¿Quién dice que los objetos no hablan? Lo que nos lleva a afirmar que los objetos, independientemente del valor personal y sentimental que cada uno les dé, nos hablan, nos transmiten algo desde su aspecto exterior, nos cuentan una historia de la que ya somos parte.
Una historia de unión, soledades, injusticias, identidades y superación. Una historia bella, tierna, conmovedora, sencilla y profunda a la vez, emotiva por demás. Historia que nos lleva a comprender que en el círculo de la vida todos los puntos, problemas, sufrimientos, desdichas y amarguras llegan a un fin en un mismo punto; al cerrarse el círculo. Como en toda narrativa, el final, permite el cierre redondo de todo lo acontecido en la historia, se conectan todas las situaciones y personajes por los que transitó aquel espejo que se concibió como regalo de boda. Un libro fresco y genuino que nos enseña que todo final puede ser siempre un punto de encuentro. Ese final era necesario…
Liliana Bodoc hace de esta historia un libro magnífico, con sutilezas y poesía que hacen de su escritura una belleza y le permiten al lector explorar, sentir, y disfrutar de la novela. El espejo africano es de imprescindible lectura. Recomendado a partir de los 12 años, acreedor del premio EL BARCO DE VAPOR. Se aprovecha, incluso, por los más ávidos y exquisitos lectores.
VALORACIÓN: 10/10 PUNTOS.
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