EL
VIENTO CONOCE MI NOMBRE
“HACÍA
UN EJERCICIO DIARIO DE DESPRENDERSE DE RENCORES Y DAR LAS GRACIAS”
Novela escrita por
la autora más leída de habla hispana, Isabel Allende. Publicada en junio de
2023.
La novela se
estructura en capítulos cortos en donde alterna la historia que presenta, dando
saltos temporales al momento de narrar los acontecimientos en dos periodos:
Viena 1938 y San Francisco 2019. Ambas historias, hacia el final del libro,
convergen dando a todo mayor sentido. Esto demuestra, una vez más, la construcción
que realiza Isabel Allende tanto en la trama como en la evolución de sus
personajes.
La historia en sí
la podemos separar en dos partes:
Por un lado, comienza
la novela con la presentación de la familia Addler 1938, judíos que viven en
Viena, capital de Austria. Previo a la invasión de Alemania bajo órdenes de
Hitler, gestada antes de la primera guerra, dando origen a la dramática noche
de los cristales rotos. Invasión que tenía como objetivo el exterminio del pueblo
judío, considerado como el mayor pogromo de todos los tiempos. Este desencadenante
marca el primer punto de quiebre en la historia: El pequeño Samuel Adler es
colocado en el “Kindertransport”, identificado con sólo un número, con la
finalidad que llegue a Inglaterra para salvaguardarlo del caos y horror
imperante en esos tiempos, con la promesa de un futuro recuentro familiar. El
pequeño músico deberá valerse por sí mismo y acostumbrarse a lo que el destino
tiene preparado para él. Este desencadenante permite conocer al matrimonio
Adler como también a los amigos que buscan lograr la unión familiar pese a la
devastación. Aquí cobra importancia el rol de Theobald Volker, militar
retirado, que entrega un afectivo regalo a Samuel, que lo acompañará como gran
amuleto en su nuevo comienzo de vida luego del desarraigo y, por otra parte,
sostiene a su madre para brindarle las fuerzas de seguir.
Por otro lado, se
nos presenta la vida de Selena Durán, estudiante de abogacía y
que trabaja activamente en una fundación encargada de llevar adelante el
Proyecto Magnolia con el objetivo de ayudar a los niños que quedan desolados
producto de las políticas de inmigración en los Estados Unidos. Dicho proyecto
busca brindar asistencia y contención a los menores repartidos en los diversos centros
de detención hasta que se regularice su situación o deportación. Aquí se nos
presenta a Anita Diaz una niña salvadoreña que está en un centro,
reconocida por un número de identificación que ahora la acompaña. De allí viene
la idea que da título a la novela. Su madre, Marisol está sin dar rastros luego
haberla trasladado al centro de detención en Texas, por lo cual se estima que
seguramente ha sido deportada. Conocer todo lo que pasó y lo que le pasa a
Anita llevará al lector a transitar las páginas con las emociones a flor de
piel. La empatía y el sentido de justicia cobran un rol importante ante cada
situación de vulnerabilidad, inseguridad y desprotección que vivirá Anita en
los diversos centros de detención por los que pasará mientras se resuelve su
caso. Por ello, Selena buscará ayuda externa en un bufet de abogados de la
firma Larson, Montaigne y Lambert, siendo Frank Angeleri el joven
abogado estrella de la firma. Aquí su rol como voluntario en el caso, implicará
un involucramiento con la temática de política de inmigración, con el rol de la
fundación, con su caso asignado (Anita) y con la misma Selena. Poco a poco el
interés del joven irá permitiendo el despliegue de nuevas aristas desconocidas
de su personalidad y que lo acercan aún más con la realidad, con las
necesidades de las personas y el compromiso social. Junto a Selena entablarán
un vínculo que se acrecentará con el recorrer a historia para descubrir qué
pasó con Marisol, mamá de la pequeña Anita.
El personaje de
Anita merece un apartado especial. Una niña tan particular, despierta a la
realidad que le toca, con una madurez que altera su infancia. Problemas de
visión y un hermetismo que sólo es capaz de romper con su hermanita Claudita, algunos
años menores que ella. Todo lo que vamos descubriendo de Anita es lo que ella
le cuenta o le aconseja a su hermana. Es un vínculo profundo, especial. Hay una
parte donde ella le enseña a rezarle a su Angelina de la guarda. Momentos como
esos hay varios, emotivos y que llevan al lector a esos momentos de tristeza,
melancolía y desasosiego. Todo en Azabahar el mundo alternativo que ella se crea y donde todo es mejor que en su tierra...
En el medio se nos
presenta a otro personaje femenino: Leticia Cordero. Nos presentan
cómo llegó a Estados Unidos en 1982 aferrada de su padre, Edgar Cordero,
mientras cruzaban el río Grande a nado posteriormente a la masacre de El
mozote. Si bien se presenta el personaje no se retoma hacia el final del libro
donde vuelve a cobrar transcendencia y resignifica el giro narrativo. Ella es
el lazo de unión entre las dos historias: Anita Diaz y Samuel Adler. Qué buena
construcción de la autora al tejer dichas historias y unirlas para que todo
cobre mayor sentido.
Una historia
conmovedora, atrapante y emotiva. Explora temáticas como las segundas
oportunidades, el volver a comenzar, el amor, la soledad, el desarraigo, el sacrificio,
la violencia y el abuso. En todo el relato se evidencia el conocimiento de la
autora al exponer estos temas, en varias entrevistas ha manifestado que, si
bien es ficción lo narrado, puede tomar parte de lo que ella conoce por las
situaciones que tratan y acompañan desde su fundación Paula.
Muy recomendable,
excelente historia de principio a fin. Una muy buena novela para iniciar la
exploración de esta autora.
“EN
ESTA TERRIBLE INCERTIDUMBRE EN QUE ESTAMOS VIVIENDO, TENEMOS QUE TRATAR DE
ESTAR JUNTOS”
VALORACIÓN: 10/10 PUNTOS.