MI PLANTA DE NARANJA-LIMA. JOSÉ MAURO VASCONCELOS
Mi planta de
naranja-lima es un relato escrito por el autor brasileño José Mauro Vasconcelos
y publicado en el año 1968, obra que rápidamente se catapultó y se considera un
clásico de la literatura contemporánea.
Lo que la hace
distinta y, a la vez particular, es la magia que transmite en sus páginas. El
lector se sucumbe plenamente en la historia, la cual no lo deja indiferente. La
empatía que se logra con el pequeño Zezé;
sus andanzas, sufrimientos, travesuras y alegrías son el condimento crucial que
hacen de esta obra una entrañable historia y suceso.
El libro se
estructura en dos partes: La primera, que nos presenta los personajes y el
contexto particular del Brasil, de la sociedad y de la familia, particularmente
de Zezé, nuestro protagonista.Está redactada en primera persona lo que favorece
el concepto de “ponerse en su lugar”.La segunda, narra las más diversas
peripecias que tienen a Zezé como protagonista y que los demás personajes son
funcionales a la trama.
Zezé no es el niño
típico, común y corriente como cualquier otro. Zezé es especial. Es un niño
precoz, entusiasta de la vida y con grandes deseos por aprender; tempranamente
aprendió a leer sin haber concurrido a la escuela. La mudanza a su nuevo hogar
le permite adoptar su planta de naranja lima que se convierte en su confidente
y amiga.Toda la novela nos muestra el camino que le toca atravesar a Zezé y
todo se convierte en genuinas lecciones de vida, aprendizajes socialmente relevantes para él, atravesadas
por el dolor, la violencia, la perdida, la mentira, las desigualdades; en fin
todo desfavorable. Notamos la madurez y adultez en este niño pero cuando
miramos con ojos de infantes somos capaces de percibir que Zezé tiene anhelos,
deseos y necesidades reales, propias de su edad.Esta característica, que
representa en sí misma un gran contraste, es la que le da mayor realismo a la
historia.
La familia de Zezé es enorme, dispar, económicamente
pobre, donde cada miembro denota un marcado carácter y rol en la sincronía de
la realidad familiar. Cada hermano mayor es responsable de un hermano más
pequeño, por lo tanto Zezé no sólo obedece a sus padres sino que sus hermanos
juegan un papel importante en el desarrollo de los vínculos. En la interna
familiar vemos cómo se entablan dichos vínculos y también apreciamos cómo Zezé
queda siempre en desventaja con respecto a los otros.
En el camino de su
vida explorará encuentros que harán que
brote de él una nueva seguridad, confianza y optimismo que son cruciales en su
visión. Su tío, su abuela, el “Portugués”, Totoca, y sin dudas su planta de
naranja lima son esenciales en su vida.
Una novela que
apela a la empatía, al sentir. Todos tenemos un Zezé en nuestro niño
interior.Despliega múltiples emociones que se sostiene en sus páginas. Un libro
corto, para poder reflexionar sobre la vida; sobre las vueltas de la vida. Una
historia que nos permite “mirar” la realidad no desde sino “de otra
perspectiva”, con ojos de niño travieso, con ingenuidad, viveza, pero con
grandes aspiraciones de justicia y amor.
Historia que tiene
mucha impronta autobiográfica y su autor decidió continuar en Vamos a calentar el sol.
VALORACIÓN: 8/10 PUNTOS
